Maria Clara Eimmart (1676 – 1707), fue una astrónoma, grabadora y dibujante alemana.
En su trabajo como astrónoma se dedicó a investigar e ilustrar los cuerpos celestes. Como suele ser habitual, con las mujeres científicas, parece que es obligado hablar de sus padres, hermanos o maridos para explicar su historia, porque de ellas no nos suele quedar documentación extensa. Eimmart era hija del pintor, grabador y astrónomo Georg Christoph Eimmart el Joven, que además era ilustrador y había dirigido la Academia de Arte de Nuremberg. Su abuelo, Georg Christoph Eimmart el Viejo, también fue grabador y pintor de retratos, bodegones y paisajes. Parece ser que su padre gastó todas sus ganancias en la compra de numerosos instrumentos astronómicos y, alrededor de 1678, creó un observatorio privado en la muralla de la ciudad de Nuremberg.
Gracias a esta circunstancia, Maria Clara Eimmart, tuvo la oportunidad de acceder a los estudios astronómicos y una amplia educación, estudiando francés, latín, matemáticas, astronomía, dibujo y grabado. Enseguida, demostró unas grandes habilidades como ilustradora y se convirtió en aprendiz de su padre. Sus imágenes más conocidas fueron unas detalladas ilustraciones de las fases lunares.
Entre 1693 y 1698, Eimmart realizó más de 350 dibujos derivados de sus observaciones científicas sobre las fases de la luna. Esta colección de dibujos, que son uno de los ejemplos más detallados y precisos del satélite lunar, fueron recogidos en el trabajo titulado Micrographia stellarum fases lunae ultra 300. En 1706, Eimmart hizo dos ilustraciones de un eclipse total y también se conservan algunos dibujos de planetas y cometas. A pesar de que esta serie continua de representaciones de Eimmart se convirtió en una importante base para desarrollar el mapa lunar, su trabajo es prácticamente desconocido. De todos sus dibujos, se han localizado unos doce que fueron entregados a un colaborador de su padre, el científico Luigi Ferdinando Marsili y algunos de ellos sobreviven en Bolonia. Por otra parte, existen otras ilustraciones de flores, pájaros, estatuas y retratos de mujeres, aunque la mayoría de sus obras se han perdido.
Eimmart se casó con Johann Heinrich Muller (1671-1731), cuya relación le valió convertirse en aprendiz de su suegro y (#ohwait!) también en el director del observatorio de Eimmart, en 1706, mientras que Maria Clara Eimmart siguió trabajando como astrónoma, pero siempre en el papel de ayudante-colaboradora ¿Otro caso «Efecto Matilda«?
Según la investigadora Londa Schiebinger, existen algunas fuentes que afirman que Eimmart pudo ser autora de la obra Ichnographia nova contemplationum de sole, que se publicó, en 1701, bajo el nombre de su padre. El trabajo de Schiebinger, The mind has no sex? : women in the origins of modern science parte la afirmación de François Poullain de la Barre, que en 1673 afirmaba que «la mente no tiene sexo». Sin embargo, sólo con explorar la bibliografía de historia de la ciencia, se puede ver cómo la disparidad de trayectorias entre hombres y mujeres, y en el reconocimiento de sus contribuciones a la ciencia, es evidente. Schiebinger demuestra que, en la Alemania del siglo XVII en la que vivió Eimmart, las mujeres realizaron importantes investigaciones en campos como la astronomía y la entomología, pero sus trabajos fueron entendidos a un nivel artesano, más que de grandes logros.
Para saber más:
Astronomin Nürnbergs (en alemán)
Maria Clara Eimmart en mujeresconciencia
Entrevista a Londa Schiebinger en MÉTODE