Al titirimundi ansiosos
Corren al ver un portento
Porque los lentes de aumento
Les parecen milagrosos
(Escenas Matritenses)
El tutilimundi -titirimundi o mundonuevo- permitía ver todos los mundos. Todos ellos dentro de una caja.
Era un cosmorama – de cosmo y del gr. ὅραμα hórama ‘vista’-. Uno se asomaba a través del vidrio ópico y era capaz de ver paisajes, monumentos, edificios, escenas de la naturaleza… Algo así como asomarse al Aleph y ver lo infinito a través de un punto, todo ello sin desplazarse más allá de la feria cercana.
Un artilugio óptico muy popular en el siglo XIX por el que, según Goya, uno era capaz de «mirar lo que no ve».
Para saber más:
FERNÁNDEZ, Luis Miguel. Tecnología, espectáculo, literatura: dispositivos ópticos en las letras españolas de los siglos XVIII y XIX. Univ Santiago de Compostela, 2006, p. 109
VEGA, Jesusa. Ciencia, arte e ilusión en la España ilustrada, Madrid: Editorial CSIC, 2010, p. 411