¿No os parecen similares estas imágenes? Pues las separan casi 400 años de historia.
En 1609, Galileo utilizó un telescopio casero de 8 aumentos para demostrar a las autoridades de Venecia el potencial de tal instrumento para el estudio del cosmos. El telescopio provocó un gran impacto, desvelaba misterios invisibles y llegaba a donde el ojo humano no podía llegar. A unos 380000 kilómetros. ¿Y si estuviera más cerca?
La luna siempre ha sido una fuente de atracción, desde Jules Verne a George Meliés. Galileo fue quien intentó mostrar sus fases lunares en sus dibujos, aunque ya sabemos que tanta curiosidad por los astros acabó por desembocar en tragedia (con la Iglesia se topó). La historia de la prohibición de sus obras donde exponía, de manera contundente, la superioridad de la teoría copernicana que situaba al Sol en el centro del universo (que se oponía a la interpretación de ciertos pasajes de la Biblia) es fascinante. Galileo nunca renunció a su «Eppur si muove» y sorprendentemente, la historia llegó a ser tan trascendental que incluso Juan Pablo II acabó por pedir perdón por la condena injusta de nuestro científico. A Galileo le llegó la absolución 359 años más tarde.
Todavía hoy la Nasa sigue intentando acercarnos a ella. Las imágenes, que nada tienen que envidiar a las bellas ilustraciones que Galileo realizó en condiciones infinitamente inferiores, muestran en este caso es un crater en el Polo Norte lunar, tomada en nuestro siglo, una más de las imágenes de The Moon Art.
¿Qué hubiera dicho el Sr. Galilei de todo esto?