Las cosas van mal cuando el sabio va a operarse de su locura a casa de los locos

La Cura de la Demencia o La Extracción de la Piedra de la Locura. 

El Bosco. s. XV. Museo del Prado. Madrid.

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En un momento en el que la humanidad parece desmoronarse poco a poco, creo que es propicio hablar de la cordura y la demencia. De «La Cura de la Demencia» exactamente. La pintura de el Bosco tiene una parte misteriosa incomprensible, algo que se debe descubrir en lo profundo de alguna parte.

En el siglo XVII, José de Sigüenza, ya se refirió a esa parte oscura que caracteriza la pintura del Bosco:

“La diferencia que existe entre la pintura de ese hombre y la de otros consiste en que los otros intentan pintar, corrientemente, al hombre tal y como es cual aparece en su exterior, pero solamente el Bosco tiene la audacia de pintarlos tal cual son en su interior.”

En su obra no llega a desaparecer el mundo místico medieval y mediante el símbolo, nos muestra los signos visibles de lo invisible, por lo que su obra está plena de metáforas llenas de significado, en ocasiones, muy difícil de descifrar por su ocultismo.
Partiendo del psicoanálisis, se le han atribuido, a su vez, ciertos rasgos surrealistas por su imaginación, a veces incongruente

En esta imagen el personaje principal está sentado en una silla junto a una mesa circular y le rodean tres personajes más que permanecen de pie. Uno de ellos porta un cuchillo en la mano que está utilizando para hacer una incisión en el cráneo del que permanece sentado. Sobre su cabeza tiene un embudo y una jarra atada al cinturón.
Los otros dos personajes en pie van vestidos como clérigos, el hombre porta una recipiente en la mano y parece dialogar dirigiéndose hacia la escena principal, la mujer apoyada sobre la mesa sostiene sobre su cabeza un libro cerrado.
El personaje principal que permanece sentado mira hacia el espectador con una extraña expresión de dolor o resignación. Está descalzo y sus zapatos han sido colocados bajo la silla a la que está atado; colgada de ésta hay una bolsa que está siendo atravesada por un puñal y de su cabeza brota una flor, exactamente en el lugar donde le está siendo realizado el corte. Curiosamente, sobre la mesa se encuentra la misma flor.

Fuera del perímetro circular que los comprende se halla una leyenda de caracteres góticos:

Meester snyt die Keye ras// Myne name is lubbert das

(Maestro quíteme la piedra // Mi nombre es tejón castrado)

Habiéndonos referido ya a la peculiaridad de las obras de El Bosco, entendemos que la aproximación a su significado es un proceso paulatino en el que nos introducimos, gradualmente, desde lo que vemos hasta llegar a las sumergidas capas de la totalidad de su mensaje.

Los caracteres que rodean la escena aluden a un personaje ignorante y simplón, un engañado; “Lubbert das” es un personaje tradicional de la literatura holandesa que se utilizaba para designar a una persona caracterizada por una estupidez extrema. Esto se puede entender del mismo modo al que nosotros tradicionalmente llamaríamos «Don Juan» a un hombre que seduce a muchas mujeres.

Esta escena, en realidad, lo que representa es una operación quirúrgica. El médico está haciendo una incisión en la cabeza de un pobre loco mientras la monja y el clérigo son testigos de la actividad. El clérigo parece llevar una jarra de vino (¿donde debería llevar agua bendita?) y la monja lleva un libro cerrado en la cabeza, símbolo de la ignorancia (un libro abierto, por el contrario, simbolizaría la sabiduría).
El cirujano porta un embudo en la cabeza a modo de burla, la flor que está extrayendo del paciente es un tulipán, símbolo del dinero. Éste es igual al que se apoya encima de la mesa. La bolsa del enfermo atravesada por un puñal simbolizaría la realidad del acto que se está cometiendo, el saqueo del dinero de los ignorantes.

El Bosco había vivido entre la oscuridad de la Edad Media y las nuevas ideas que llegaban del Renacimiento. En ese momento de nueva era, empezaban a buscarse causas orgánicas para todas las enfermedades. Es por esto que se difundió la creencia de que la locura era resultado de determinadas excrecencias cerebrales que, al crecer, ejercían una presión en el cerebro causante de la perturbación mental. Muchos curanderos (cirujanos, barberos…) aprovecharon para cobrar por realizar una curiosa operación craneal en la que, presuntamente, extraían la protuberancia. Pero en la cruda realidad, únicamente se realizaba un corte incisivo en la superficie de la piel mientras que, con un hábil juego de manos, el farsante se hacía con una pequeña piedra en su mano. Después, la exhibía ante los asombrados espectadores de la operación que creían haber visto que salía del cráneo del enfermo.

La peculiaridad de esta obra, además de los elementos simbólicos, es la aparición del clero en la escena. Esto se debe al anticlericalismo del Bosco influido por la Devotio Moderna. Esta corriente, como causa de la influencia de las ideas prerreformistas en Flandes, defendía la comunión directa con Dios sin la intervención de la Iglesia oficial, dado el mal ejemplo de los eclesiásticos.
Al parecer, el curanderismo tenía como una de sus fuentes la religión, la deficiencia espiritual había provocado que surgieran nuevos cultos que ocuparan ese vacío y muchos curanderos se aprovecharon de ello aludiendo a su “obligación divina” de sanar a los enfermos, e incluso utilizaban pasajes de la Biblia para dar fiabilidad a sus actos: «Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban»  (Mc. 6:7-13)

El hecho de que represente al clérigo y la monja, no es pues, casualidad sino una fuerte crítica anticlerical. Del mismo modo que el tulipán sobre la mesa y la bolsa del enfermo atravesada con un puñal hacen referencia a la pérdida del dinero y al engaño que sufrían los ciudadanos por parte de las esferas de poder.

El tratamiento que hace del tema es mordaz y ridículo, de una fuerte crítica a la sociedad del momento en la que la Edad Media poco a poco se desmoronaba. El tema es relativamente frecuente en el arte flamenco de los siglos XVI y XVII. Podemos encontrar otros ejemplos que se sitúan en épocas cercanas:

En «La extracción de la Piedra» (Steen, Jan. S. XVII. Museum Boijmans Van Beuningen. Rotterdam) el paciente está en un espacio interior siendo operado por una vieja enfermera que, sin duda, tiene pinta de bruja, y un público que observa la escena a través de la ventana. Sus rostros dejan ver gestos de burla al observar al paciente que sufre los dolores de la operación que, se supone, le librará de su enfermedad: la locura.

Otra obra que ilustra un tema parecido, tiene el mismo título y data del siglo XVI. El autor es Pieter Brueghel, “El viejo” y denota en su obra una fuerte influencia del Bosco, esta pintura está tratada con minuciosos detalles y mayor cantidad de personajes. Abundan los locos en diferentes posiciones, gesticulando de forma ridícula y exagerada, algunos están atados a sillas de madera, al igual que en el enfermo que aparece en la obra de El Bosco. Una tercera obra nos muestra la imagen de «El cirujano» (Jan Sanders Van Hemessen. S. XVI. Museo del Prado , Madrid) donde el pintor flamenco, especialista en escenas de costumbres, nos muestra a un cirujano sonriente de malévola expresión y el enfermo nos lanza una mirada de desconcierto y dolor. El tratamiento que hace Hemessen sigue una línea más realista y busca mostrar un acto que era, realmente, algo muy dramático, por lo que la escena resulta mucho más cruel.

El Bosco está ilustrando, en su obra, una trágica escena que podía observarse a menudo en su época, los enfermos eran considerados castigados por Dios y en ocasiones se les negaba el acceso a los hospitales o se les exhibía en lugares públicos, por ejemplo mercados y ferias, como un auténtico objeto de curiosidad. Todo a cambio de unas monedas

Nos habla de la locura como una parte intrínseca de la propia razón y critica las ciencias (entre ellas, la medicina). En un momento histórico en el que todo se empezaba a medir a través de la matemática y la ciencia exacta, cuestiona su afán de reconocimiento universal como única verdad, realizando un fuerte crítica de la sociedad de su tiempo en un examen satírico del ser humano.

Las fuentes inspiradoras de su simbología residen, para unos, en textos medievales; para otros, hay que buscarlas en la alquimia. Sea cual fuere, el tema representado es un momento de necedad humana que muestra trágicamente la debilidad del iletrado frente a las esferas más poderosas. Tal vez sea la representación de la propia ignorancia y una muestra de que el conocimiento es el arma más poderosa.

Como dice un proverbio flamenco popular:

«Las cosas van mal cuando el sabio va a operarse de su locura a casa de los locos«

*Se publicó en http://magazine.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/43437

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